1 Corintios 12:3: Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
Hay personas que confiesan el nombre de Jesucristo pero no desde su espíritu humano unido al Espíritu Santo, solamente tienen un conocimiento que está en el alma, no han nacido de nuevo.
cualquier persona puede aprender de memoria que Jesús es el Señor, que murió en una cruz y resucitó de los muertos, solamente aprendido como un hecho histórico.....como aprender algo de memoria en el colegio.
El creyente en Cristo que ha recibido el Espíritu Santo; para ese creyente Cristo es una convicción, tiene una seguridad que en Cristo sus pecados son quitados, borrados, limpiados y perdonados, por eso confiesa a Jesús como el Señor.
También confiesa a Jesús como el Señor diariamente para ser transformado por Jesucristo.
El Espíritu Santo da testimonio que Jesús es el Hijo de Dios, y que nuestros pecados han sido perdonados en su nombre, que nuestra salvación fue conseguida por Cristo al morir en la cruz.....que la obra fue terminada por Cristo. Todas las buenas obras que hacemos son el resultado que el Espíritu Santo este morando en nosotros compartiendo la misma confianza que el HIJO JESÚS tenia en su Padre, nada puedo hacer por mi mismo.
Cristo more en nosotros abundantemente.
Confesamos de Cristo lo mismo que el Padre dice de él: Este es mi HIJO AMADO en quien tengo complacencia.
El Padre dice: Mi hijo y yo somos uno, perfectos en unidad, esto es así por la eternidad.
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