2 Corintios 4:14:
sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará
con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.
Gálatas 1:1: Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre,
sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),1 Pedro
1:21: y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le
ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
¿Que nos paso al momento de creer en Cristo?
El Padre nos resucitó juntamente con Cristo.
Efesios 2:6: y juntamente con él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
El Padre nos resucito juntamente con Cristo.
El Padre nos compartió y aplicó la resurrección de Cristo.
Somos los resucitados de Dios, eso sucedió en
Cristo y no fuera de él.
Resucitamos con Cristo al momento de Creer en él, sucedió en el pasado con efectos hasta el presente y por la eternidad.
Nos debemos presentar a Dios como resucitados, esto
honra al Padre y al Hijo Jesucristo.
Romanos 6:13: ni tampoco presentéis vuestros
miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros
mismos a Dios como VIVOS DE ENTRE LOS MUERTOS, y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia.
Mira un ejemplo de presentarse a Dios como los que han vuelto a vivir de entre los muertos:
Lázaro estaba muerto, Jesucristo lo resucitó, pero más exactamente fue el Padre por medio del Hijo Jesús y finalmente el Espíritu Santo impartió el poder para resucitarlo.
La muerte es vencida por la vida eterna, la muerte recibe el efecto de la presencia del
poder de resurrección que quiebra el poder del pecado en el hombre y la muerte, el resultado es resurrección.
Diariamente necesitamos el poder de resurrección que quebrante el poder del pecado el cual es muerte...
Un creyente en Cristo que tiene tendencia a los
vicios necesita el poder de resurrección para vencer esa tendencia.
El poder de resurrección se manifiesta en los
creyentes cuando es predicada la palabra que tiene como centro a Cristo y su
muerte, resurrección, ascensión, exaltación y glorificación, lo que llamamos la Obra consumada.
Si un predicador no centra su predicación en Cristo el poder de resurrección que fluirá a los creyentes
que oyen será muy poco, en cambio si la predicación tiene a Cristo como el
centro del mensaje y se logra explicar de manera clara porque Cristo murió y resucitó, como Cristo y su
obra en la cruz nos afectan, habrá entonces, abundante poder de resurrección, los hermanos que oyen recibirán abundante poder de
resurrección que quebrantará el poder del pecado y la muerte en ellos tal como sucedió con lázaro.
Cristo oró al Padre, el Padre concedió la
resurrección, Cristo llamó a lázaro a la vida, el Espíritu Santo impartió el
poder de resurrección en lázaro, el resultado fue que lázaro vivió para encontrarse con
Cristo.
Lázaro se presentó a Cristo como vivo de entre los muertos, y Cristo lo llevo al Padre.
El poder de resurrección es el mismo Espíritu Santo
compartiendo a Cristo como poder de resurrección en lázaro.
Cuantos Lázaros necesitan el poder de resurrección?
Cristo es el poder de Resurrección.
El poder de Resurrección es compartido por el Espíritu Santo.
El Padre concede que se comparta el poder de resurrección a nosotros, es decir, que Cristo sea compartido a nosotros por el Espíritu Santo como el poder de resurrección.
Un creyente afectado por el pecado esta siendo
afectado por la muerte, necesita a Cristo como el poder de resurrección.
Si alguien no puede vencer el pecado necesita la
manifestación del poder de resurrección, y que sea magnificado Cristo en el creyente.
El creyente necesita presentarse al Padre como vivo de entre los muertos para seguir recibiendo abundante poder de resurrección por medio de Cristo.
Cristo pudo resucitar a Lázaro solamente porque el
Padre vivía en él, como ser humano igual a nosotros NO lo iba hacer. Cristo vivió confiando totalmente en su Padre:
Juan 14:10: ¿No crees que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que EL PADRE QUE mora en mí, él hace las obras.
Necesitamos la ayuda de Cristo en nuestras vidas por eso el vive en nosotros, pero a pasar de esta verdad, Cristo debe ser compartido por el Padre cada día a nosotros como el poder de resurrección.
