Juan 10:30: Yo y el Padre UNO somos.
Esta unidad aparece en las escrituras y es compartida a los creyentes por el Espíritu Santo.
Podemos decir que el Padre es la fuente de la unidad o que el Padre concede la unidad.
El Hijo Jesucristo muestra la unión, Cristo es la PERSONA DE LA UNIDAD.
El Espíritu Santo es el encargado de compartir esa unidad al pecador que ha creído en Cristo.
Nuestra unidad es con el Padre Santo.
Nuestra unidad esta en Cristo, el Hijo.
La unidad de Dios es compartida por el Espíritu Santo al creyente
Si te fijas bien verás que Cristo es el elemento, el material de la unidad, estamos en Cristo.
El Espíritu Santo es el encargado de ingresar a Cristo a nuestras vidas.
Ahora bien, solo el Espíritu Santo nos mantiene unidos.
Solamente el Espíritu Santo nos mantiene unidos.
El Espíritu Santo se encarga de hacer uno a los creyentes, se encarga de mantener unidos a los creyentes usando el material o elemento o la persona de Cristo.
El Espíritu Santo nos mantiene unidos, sin él, no sería posible estar unidos, nos mantiene unidos los unos a los otros en el amor de Dios.
La unidad es en el conocimiento de Cristo, pero también en su persona, la realidad de Cristo es dada por el Espíritu Santo.
Es el Espíritu Santo quien nos hace gustar o disfrutar la unidad.
Los discípulos estaban unánimes en el aposento alto.
Hechos 1:14: Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Jesucristo resucitó de los muertos, le reveló a María que subiría al Padre, pero después se reuniría con ellos en galilea.
Cristo entró en el lugar donde estaban los discípulos sin que nadie abriera la puerta, ingresó y les soplo el Espíritu Santo.
Soplo y dijo reciban el Espíritu Santo.
Juan 20:22: Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Aquí observamos a la persona de la unidad, a Cristo, compartiendo la unidad con sus discípulos, les dijo crean en mí he resucitado, ellos creyeron entonces les soplo el Espíritu Santo y entró a los corazones de ellos.
Vemos la humillación de Cristo colgado en la cruz, el murió en la cruz porque sabía que era la única manera de poder unirse a nosotros.
NO tenemos que luchar por estar unidos buscando cosas en común, tampoco vivir aborreciendonos.
Pensemos en esto: Cristo vive en nosotros y Cristo está en nosotros, el Espíritu Santo lo trajo a nuestro corazón.
