Uno de los principios de la gracia de Dios en Cristo Jesús: Dar de gracia

Mateo 10:8: Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; DE GRACIA recibisteis, dad DE GRACIA.

Jesucristo consumo la obra y toda la gracia de Dios fue confirmada que está a nuestra disposición de manera gratuita, porque el precio ya fue pagado con sangre preciosa.

Gracias al sacrificio de Cristo en la cruz, donde derramó su sangre, comprendemos porque Dios no extermino la humanidad, PORQUE DIOS ES DIOS DE TODA GRACIA.

La Gracia de Dios es Cristo, Cristo es el favor de Dios no merecido, no ganado por buena conducta, es más para recibir a Cristo debemos creer que somos pecadores y que él no es pecador, además de ser nuestro perfecto salvador.

La gracia de Dios es Cristo, y Cristo es la bondad de Dios inmerecida.

Todo lo que recibimos de Dios es por pura gracia, el favor de Dios está en Cristo y no es recibido por nuestros méritos o nuestras propias justicias, o buena conducta.

Toda nuestra fe está puesta en Cristo y sabemos que su obra consumada en la cruz fue perfecta.

Gracia a Cristo disfrutamos de justificación, santificación y redención.

El Dios y Padre nos dio a su Hijo, el Cristo, de pura gracia....

¿Como debemos compartir a Cristo a otros?

De pura gracia..........

Damos de gracia (a Cristo) lo que por gracia hemos recibido (hemos recibido a Cristo).

Queremos evitar el pecado de judas iscariote, quien vendió a Jesús..

Según Juan, el apóstol, Jesús es el verbo de Dios hecho carne, Jesús es el logos, logos quiere decir la palabra.

Entonces judas vendió por 30 piezas de plata la palabra, vendió la palabra.

Queremos evitar el pecado de codicia de judas, porque la codicia es idolatría, y la idolatría es adoración a demonios, o al dios mamon.

Por eso, si no tenemos como regalar libros no los regalamos hasta contar con los recursos que nos permitan seguir regalando la palabra de Dios, evitaremos vender la palabra y las revelaciones, tal como lo hizo Pablo, si es necesario trabajaremos con nuestras propias manos para generar los recursos necesarios para editar e imprimir enseñanzas.

Damos gracias a Dios por estos medios que nos permiten dar de gracia a Cristo, porque por  gracia lo hemos recibido.

Dios nos conceda en su rica misericordia y gracia para continuar dando gratuitamente estás enseñanzas.